Se ha criado en el seno de un club histórico, pero tanto su entorno como el momento de reconstrucción que está viviendo la entidad le pueden permitir a Pablo Torre (Santander, 2003) crecer sin el ruido que supondría hacerlo en categorías superiores. A nivel local, inevitablemente, ilusiona que a sus 17 años ha empezado ya sea titular con el Racing en Segunda B, lo que demuestra su calidad y su potencial. Cuando recién cumplía 16 años, su padre, Esteban Torre, lo dejó claro: «Con esta edad no eres futbolista, eres un niño que juega al fútbol. El tiempo dirá. Por ahora sólo es un chaval con ciertas cualidades y otras que tiene que mejorar. Donde mejor está es en su casa, primero por un tema familiar y segundo por el arraigo. Nos volvemos demasiado locos».
Una situación idónea para desarrollar su fútbol con calma e ir añadiendo poco a poco piedras en la mochila. Sobre esto, además, habló un conocido compañero suyo. «Lo tiene todo para triunfar«, expresaba Álvaro Cejudo. «Yo no he coincidido con ningún jugador que, a esa edad, tenga las características de Pablo. Uno de los motivos por los que estoy ilusionado es por verle crecer y jugar con él». Sobre la presión, añadía: «Lo que sí me gustaría es que no recaiga él el peso del equipo, que los palos nos los den a nosotros y que dejen a Pablo crecer, que tiene muchísimo margen«.
Inteligencia e influencia a tres alturas
El cántabro es un centrocampista aún por concretar, pero eminentemente de corte creativo y ofensivo. Un mediapunta que viene jugando de interior izquierdo en un 3-5-2. Es un excelso receptor de pases entre líneas y en zonas intermedias, tanto por colocación como por su buen primer control. Suele perfilarse bien al salir de la maniobra y decide bien. Hoy por hoy, es un jugador que destaca por aquella famosa frase de Johan Cruyff: «Jugar al fútbol es muy fácil, pero jugar fácil al fútbol es lo más difícil que hay». Aún no es mayor de edad, pero su estilo es responsable, maduro y bastante sobrio. Tiene fundamentos. Sabe proteger bien el balón y juega rápido y sencillo. Técnicamente es muy bueno. Lo demuestra especialmente en espacios reducidos.

Pese a ser un medio que influye sobre todo en campo contrario, cerca del área, muchas veces la situación de partido (más en Segunda B) le lleva a moverse por otras zonas, más dedicadas a la gestión que a la creatividad. Puede influir en la zona de la mediapunta, pero también sabe ayudar mucho en la organización, e incluso situarse entre centrales en salida de balón si la jugada lo pide. Por tanto, su función no se limita solamente a ser un jugador imaginativo, ágil y que busca un pase decisivo, sino que hablamos de un centrocampista dinámico y con un notable sentido colectivo, especialmente en fases de posesión. Cerca del área suele hacer daño encontrando el espacio entre central y lateral, tanto buscando un pase al hueco para el jugador que ocupe la banda como atacándolo él.


Liviano, ágil y regular
Pablo Torre está aún en proceso de formación física. No va a ser un futbolista alto (165 centímetros actualmente), salvo estirón de última hora, pero con los años sí debe ir ganando algo de masa muscular y fuerza. No se mete en muchos cuerpo a cuerpo, e incluso aguanta bien el balón de espaldas antes de soltarlo, pero tiene poca explosividad en los primeros metros y le falta fuerza para soltar el balón, generalmente en el disparo e incluso a la hora de dar el último pase. Gira bien, pero tiene margen de mejora en ese aspecto. El paso de los años formará su cuerpo y ganará en determinación. Le ocurrió, por ejemplo, a Sergio Canales, cuyo salto definitivo se dio cuando reforzó su tren inferior y optimizó su forma de correr. Pudo hacer más y mejores cosas. Aun así, a Torre le basta su talento y su inteligencia para destacar en una categoría tan complicada, lo cual habla muy bien de su fútbol. Además, aunque aún no logre acabar los partidos y suela ir de más a menos, su estilo le permite ser un futbolista regular. Puede participar menos, pero falla poco y eso es importante en su posición. Con toda una carrera por delante, es normal que la afición del Racing tenga depositadas muchas expectativas en su figura.
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